El Ginseng
El Ginseng, también conocido como Panax Ginseng o Ginseng chino, es una planta herbácea de la familia Araliaceae, cuya raíz, por sus múltiples propiedades, es un elemento tradicional dentro de la medicina china. Se desarrolla en las zonas frías y en las colinas montañosas de China, Corea, Rusia, Japón México y Canadá. Sus hojas están divididas en 5 lóbulos; sus flores son de color púrpura dispuestas en umbela; sus frutos son dos drupas y su raíz, carnosa y gruesa, son ricas en principios activos que favorecen, debido a sus usos terapéuticos, el bienestar de la salud humana.
En efecto, de todas sus partes, es la raíz del ginseng la que usualmente se utiliza para la preparación y elaboración de la droga medicinal. A esta planta se le atribuyen propiedades farmacéuticas y estimulantes, debido a que posee una alta cantidad de ginsenósidos (contienen 14 heterósidos diferentes con 3 tipos de agliconas: ácido oleanólico, protopanaxadiol, protopanaxiatriol) y su rica y variada composición química: vitaminas (B, D), proteínas, aminoácidos, oligoelementos (Cu, Al, Mn, Fe…), anaxanos (polisacáridos de un elevado peso molecular) y taninos.
Dentro de los múltiples beneficios, atribuidos especialmente a la raíz del ginseng, encontramos los siguientes: fortalece el rendimiento físico y mental (refuerza la memoria y la concentración, reduce la sensación de cansancio y actúa como un reconstituyente general); activa el sistema inmunológico (los ginsenósidos operan eficazmente en la proliferación de los linfocitos, lo que resulta muy provechoso para personas con la capacidad inmunológica deprimida; y actúa contra agentes tóxicos como el virus de la gripe y los catarros); disminuye el acelerado envejecimiento y mejora la elasticidad de la piel(gracias a sus efectos sobre el sistema inmune y la memoria, el ginseng, como un poderoso antioxidante, potencia la funcionalidad del organismo, mejorando la calidad de vida y la actividad circulatoria); protege el sistema circulatorio y cardiovascular (reduce la presión arterial y el nivel de la presión cardiaca, evitando, además, la formación de trombos gracias a su actividad anti-plaquetaria); aumenta el nivel de insulina (debido a las propiedades hipoglucemiantes de los ginsenósidos, el ginseng es un eficaz coadyuvante contra la diabetes); previene la formación de úlceras causadas por el estrés (las propiedades del ginseng reducen la producción del ácido clorhídrico en el aparato digestivo, previniendo así la actividad anti-gastrítica y ulcerosa); combate la disfunción eréctil y la eyaculación precoz (previene y disminuye la impotencia masculina).
Todos esos usos terapéuticos y las variadas propiedades que contiene el ginseng hacen de este unos de los productos orientales más sugeridos en todo el mundo como droga medicinal. Además de ser, como hemos dicho, un estimulante vasomotor y del sistema nervioso, el ginseng es un efectivo medicamento contra la hipertensión arterial y disminuye los niveles de colesterol y triacilglicéridos, previniendo, de ese modo, los riesgos de infartos en todas las personas. El ginseng también nos beneficia eliminando las toxinas y protegiéndonos contra las radiaciones que producen cáncer, ya sea el cáncer de mamas, el cáncer de los ovarios, el cáncer hepático, el cáncer pulmonar o el cáncer de la piel. Incrementa, además, la producción de glóbulos rojos que previenen las anemias.
Por último, también se hace uso del ginseng en la industria manufacturera, pues se utiliza para hacer jabones, cosméticos y demás. Estos beneficios superan sobremanera a sus contraindicaciones, ya que, de algún modo, el ginseng también produce insomnio, nerviosismo, erecciones permanentes y agresividad.